¿Por qué el tinto que se toma en Colombia es en su mayoría importado?
El 95 % del café producido en Colombia se exporta. Mejores precios en el extranjero y una menor disposición de los consumidores nacionales a pagar por el grano nacional, entre las razones.
En octubre, el consumo interno de café se estimó en 178000 sacos, una caída del 1% frente al mismo mes de 2023. FOTO: ESNEYDER GUTIERREZ
Colombia es el segundo mayor productor de café arábigo en el mundo y el tercero en materia de exportación. Su grano sutil, delicado y elegante es reconocido internacionalmente por su gran sabor, aroma y acidez. El problema es que estas bondades no se aprovecharían lo suficiente en el propio país: ¿se ha preguntado si el tinto que se toma en las mañanas es 100 % producido en estas tierras?
El pasado mes de octubre el país produjo 1,34 millones de sacos de café, un incremento del 16 % frente al mismo mes de 2023, pero también importó 44.000 sacos de 60 kilogramos. Y aunque esto último significó una disminución del 65 % respecto a octubre 2023, la variedad tipo robusta que llega de otros lugares del mundo sigue sirviendo de materia prima para gran parte del producto que le vende la industria.
De esta manera, la tradicional taza de café que disfrutan los colombianos en realidad proviene de otros lugares como Brasil, Vietnam, Perú y Ecuador.
Las razones
Hay todo un coctel de factores que hacen que en Colombia la mayor parte del café arábigo se exporte —principalmente a Estados Unidos, Bélgica, Alemania y ahora China—, y que lo consumido en el país sean pasillas (granos que presentan defectos) o mezclas con robustas.
De acuerdo con Gustavo Gómez, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), aproximadamente el 95 % del café producido en el país se exporta, por lo que el porcentaje restante no alcanza a suplir el consumo interno, que es de 2,8 kilogramos per cápita por año. Esto, dijo, pese a que el consumo en Colombia está por debajo de Europa y Estados Unidos: mientras aquí una persona se toma 330 tazas de café al año, un estadounidense consume alrededor de 460 tazas anuales.
“En el país se dejan entre 500.000 y 600.000 sacos de café para el consumo de la industria, la cual demanda tanto para el mercado nacional como para exportación entre 2,5 y 3 millones de sacos. Entonces, sí o sí, no hay disponibilidad suficiente de materia prima, por lo que hay que recurrir a las importaciones (…) Por otra parte, la inflación también ha hecho que los hogares deban ser más cautelosos en sus compras, o que se vayan por productos de menor calidad”, explicó Gómez en una entrevista pasada con EL COLOMBIANO.
Pero, ¿por qué casi toda la producción se exporta? En este punto entra a jugar un componente muy importante: los precios.
El café robusta producido por Brasil o Vietnam es la materia prima que se utiliza en la mayoría del café instantáneo que se vende en el mundo, y un ingrediente muy usado en mezclas comerciales, dado que es una variedad más amarga y contiene más cafeína. Además, al ser de una calidad más baja, es mucho más barato que el arábigo.
Por esta razón, a los productores y exportadores colombianos les va mejor si venden su café en los mercados extranjeros. De hecho, datos de Statista arrojan que mientras en lo que va de 2024 el kilogramo de café arábiga se ha vendido en los mercados mundiales alrededor de 4,38 dólares, el robusta lo hizo en 2,38 dólares.
Otro de los factores que incide bastante es que buena parte del consumidor colombiano promedio no está en la capacidad de destinar un mayor porcentaje de sus ingresos a comprar un café más caro, ni tampoco tiene la tradición de pagar por un producto de mayor calidad. Por esto, según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el consumidor final del café nacional reside principalmente en países con un ingreso per cápita alto, debido a su alta disposición a pagar por un café suave y de alta calidad.
“Colombia tiene una reputación mundial por la calidad excepcional de su producto. Sin embargo, es lamentable que nuestro propio país no figure entre los principales consumidores de café colombiano”, señaló Germán Bahamón, gerente de la FNC, en conversaciones pasadas con este diario.
Añadió que “la presión de las importaciones es porque el producto que conseguimos en la tienda es barato, pero si los consumidores colombianos valoráramos nuestra taza, no habría esa presión. Lo que queremos es que podamos transformar esos sacos de importación en un café que, si bien es cierto, no va a ser el excelso que exportamos, sí tenga atributos de calidad”.
Robusta, ¿made in Colombia?
Con miras a disminuir dichas importaciones de la industria y diversificar el portafolio cafetero, desde hace unos años Colombia comenzó un proyecto para sembrar, y llegar a comercializar, la variedad robusta en zonas que tradicionalmente no son cafeteras, como Caribe, Amazonía, Pacífico y los Valles Interandinos.
Esta es la primera vez que al país entran semillas de robusta, provenientes de Europa, Centroamérica y Suramérica, que cuentan con el visto bueno de la autoridad sanitaria y fitosanitaria.
El dirigente de Asopexport señaló que hay un área potencial para el cultivo de café robusta que asciende a las 80.000 hectáreas, aproximadamente un 10 % de las hectáreas totales de café sembradas en el territorio. Asimismo, señaló, este tipo de cultivo podría beneficiar a alrededor de 32.000 fincas cafeteras.
No obstante, uno de los cuestionamientos es que el robusta se considera un café de baja calidad, y si hay algo que caracteriza al grano colombiano es su calidad superior.
Bahamón, desde la FNC, ha insistido en que si bien se deben explorar nuevas oportunidades para la caficultura, se trata de una iniciativa que se debe ejecutar responsablemente, siguiendo “los lineamientos técnicos y científicos, y no solo los deseos comerciales”.
Por lo pronto, se espera que en dos años o tres años el país cuente con sus primeras plantas de café robusta que se puedan llegar a comercializar.
Fuente: Federación Nacional de Cafeteros. Infografía: EL COLOMBIANO.
EL COLOMBIANO: https://www.elcolombiano.com/negocios/por-que-el-cafe-que-se-toma-en-colombia-es-importado-PJ25866955
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